América, Mundo, Siglo XIX, Siglo XX

II.Harriet Tubman, la arriesgada antiesclavista americana del siglo XIX

«Cuando supe que había atravesado la frontera, miré mis manos para comprobar si seguía siendo la misma persona. El sol con sus rayos dorados atravesaba los árboles y caía sobre los campos y yo sentí que estaba en el Cielo», fueron las palabras que por la mente de Harriet pasaron y que más adelante relató en relación a su primer viaje hacia la libertad alrededor de 1849.

A partir de esta fecha Harriet comenzó a trabajar para ahorrar dinero e intentar liberar a su familia, sin embargo, sus deseos se toparon con un contexto político en el que el Congreso de los Estados Unidos había aprobado la «Ley de Esclavos Fugitivos», en la que todos los estados debían apresar a todos los esclavos, aún y cuando, no fueran territorios esclavistas, aunque fueran libres, o en calidad de fugitivos, debían ir a la cárcel, esta situación provocó que se huyera a un territorio más seguro como Canadá.

Para el año 1.850 Harriet decide volver a Maryland con el fin de liberar a su familia de la esclavitud, en este caso, lo hizo con su hermana y sus dos sobrinos porque iban a ser vendidos, viaje que se realizó con algunos contratiempos pero que culminó exitosamente. A partir de entonces Harriet empezó a colaborar para aglutinar personas a su causa de liberación, sus biógrafos coinciden en que sólo hacia Canadá logró que huyeran alrededor de 70 esclavos. Este arduo trabajo lo hizo durante más de 10 años, de esta forma se granjeó fama entre los suyos y le apodaron “Moisés”, comparándola con el profeta “que condujo a los hebreos hacia la libertad”.

Durante más de 10 años Harriet organizaba los viajes, especialmente durante el invierno cuando los propietarios y hacendados solían salir menos, incluso los viajes los emprendía los sábados “porque no se imprimían periódicos hasta el lunes”, de esta forma ingeniosa existía menos control sobre los esclavos y sus huidas. Harriet contactaba con los esclavos, en ocasiones, viajaba con dos gallinas para simular ser una campesina, incluso poseía un arma con la que apuntaba a quienes mostraban algún atisbo de arrepentimiento, sus biógrafos coinciden en que una de sus frases más célebres era “serás libre o morirás”, pero en realidad su arma era para defenderse de los “cazadores de esclavos y sus perros”. Así logró, poco a poco, a lo largo de los años liberar a sus otros hermanos con sus respectivas mujeres e hijos, intentó lo mismo con su marido pero éste rehízo su vida con otra mujer y decidió quedarse en Maryland. Para el año 1.857 pudo llevar a sus padres a la ciudad de Ontario, Canadá, aún y cuando éstos ya eran libres. Al final la década de los cincuenta ya había alcanzado a liberar alrededor de trescientos esclavos.

Profundamente religiosa, valiente, arriesgada y astuta Harriet ayudó a más de trescientos esclavos a obtener su libertad aún en las circunstancias más adversas, incluso arriesgando su propia vida. En su arduo trabajo conoció grandes e importantes antiesclavistas y colaboradores con la causa, tales como: Thomas Garrett; Sam Green; Abraham Gibbs; Frederick Douglass; Jhon Brown, William Lloyd Garrison, Benjamín Butler, entre otros. Cabe destacar que uno de los factores más importantes que coadyuvaron al éxito de su trabajo, fue la utilización del ferrocarril “Underground Rail” y la estadía de muchos esclavos en las casas de los abolicionistas escondiéndose en algunas paradas para así no poder ser detectados por las autoridades y lograr así terminar la ansiada travesía hacia la libertad. Todo su esfuerzo la llevó a conocer también (1.857) el senador por Nueva York y Secretario de Estado William Seward, quien estaba a favor de la causa abolicionista, por ello, “le vendió en condiciones muy favorables unas tierras para construirse su casa, en la población de Auburn. Esta casa más adelante la convirtió en un refugio de descanso para personas de color que estaban en la indigencia.

Harriet no descansó nunca su lucha a favor de los derechos de los menos favorecidos, incluso durante la Guerra de Secesión (1.861-1.865) liberó a los esclavos que se escapaban del bando “unionista” a pesar de que ella colaboraba con ellos, al principio como enfermera pero luego lo hizo como espía, sus primeros pasos dentro de la guerra comenzaron cuando en el año 1.862 llevó una carta a la ciudad de Carolina del Sur al gobernador de Massachussets David Hunter, que apoyaba la guerra. Harriet fue capaz de participar en varias incursiones entre las que se destaca la realizada en el año 1.863 hacia territorio Confederado.

Una vez culminada la Guerra, Harriet se instaló en la ciudad de Aurburn y no escatimó en seguir luchando a favor de los menos favorecidos y en esta oportunidad su activismo lo dedicó a favor del sufragio femenino. Gracias a esta causa viajó a las ciudades de Nueva York, Boston y Washington acompañando a personalidades como Susan Anthony y Emily Howland dando discursos a favor del voto femenino, promoviendo la igualdad entre hombres y mujeres; contando las vivencias propias y de otras compañeras de lucha que había estado incluso al frente de batalla, al igual que los hombres. Para el año 1.886 dio el discurso inaugural de la Federación Nacional de Mujeres Afroamericanas, por otro lado, su valía, también fue reconocida en ese entonces, debido a que la revista “La era de la Mujer (The Woman’s Era) destacó su actuación y sus aportes a la causa mediante la publicación de varios artículos periodísticos en relación al tema y todos los aportes que ella hizo a la causa.

Inteligente, sagaz e incansable luchadora con la llegada del nuevo siglo y aún y cuando estaba anciana y un poco quebrantada de salud donó el terreno que había adquirido años antes a la Iglesia Episcopal Metodista Africana Sion de Auburn, con el fin de que construyera un ancianato para personas indigentes de forma gratuita pero la iglesia mercantilizó la causa “cobrando 100 dólares a cada residente”, por lo que Harriet terminó muy decepcionada.

Para el año 1.911 seriamente afectada de salud, a pesar de que unos años antes se había sometido a una intervención en el cerebro en el Hospital General de Massachusetts (Boston) con el objetivo de minimizar los efectos del golpe que sufrió siendo una adolescente, sin embargo, su vejez, y su salud seguía quebrantada hasta que murió un 10 de marzo de 1913, con 93 años, a causa de una neumonía.

Harriet Tubman contó toda su vida con una fuerte convicción destinada a ayudar a los menos favorecidos hasta el momento de su muerte. Su inmenso legado ha sido reconocido dentro y fuera de los Estados Unidos, al punto tal de que años más tarde de fallecer era la tercera persona mejor valorada por la opinión pública americana. El impacto de su activismo, llegó incluso a Europa donde algunos biógrafos relatan que recibió una invitación formal de la Reina Victoria (1.819-1.901). Cuando Tubman falleció recibió honores militares. Actualmente su cuerpo yace en el cementerio de Fort Hill, en Auburn. El séptimo arte ha realizado algunas producciones sobre la vida, obra y legado de la antiesclavista más grande de la historia americana.

Algunas fuentes consultadas:

Blakemore, Erin. “Harriet Tubman: la mujer que lo arriesgó todo por los afroamericanos esclavizados. Publicado por National Geographic el 25 de octubre de 2019. Consultado en abril de 2023. https://www.nationalgeographic.es/historia/2019/10/harriet-tubman-lo-arriesgo-todo-por-afroamericanos-esclavizados

Huge Panet, Guiomar. “Harriet Tubman y su incansable lucha contra la esclavitud”. Publicado por National Geographic. Actualizado el 09 de marzo de 2023. Consultado en Abril de 2023https://historia.nationalgeographic.com.es/a/harriet-tubman-y-su-incansable-lucha-contra-la-esclavitud_16292

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